viernes, 7 de agosto de 2015

Capítulo 31 (Las Gatas Salvajes)

Así se llamaban a sí mismas: Las Gatas Salvajes... pero no estamos en el Rydell High School ni en una escuela de arte de Brighton, si no aquí en la Bella Isla a mitad de los años 80. Porque igual que hubo jóvenes a los que la película "Quadrophenia" les cambió la vida, también hubo chicos y chicas a los que "Grease" también les cambió la forma de ver la vida. Yo los ví.

Al apartado de Correos llegaron varias cartas con algunos dibujos y mensajes secretos para una posible cita entre las Gatas y los Mods de Tenerife... pero en esos días todos estábamos más preocupados de la música, de las anfetaminas y de la búsqueda continua, por eso la cita nunca llegó a ser realidad... o sí? Quien sabe?

Los domingos por la mañana de hace veinte años estaba más pendiente de recuperarme de la resaca que de otra cosa... Y allí estaba yo, de dominguero total con mi pijama y mis pantuflas calentitas... ¿De verdad piensas que los Mods no tenemos momentos así? De verdad piensas que nos levantamos de la cama y, automáticamente, nos ponemos nuestro traje de tres botones? Pues no es así... Y aquel domingo estaba yo recién levantado y aún intentando desperezarme cuando sonó el timbre de casa y... Alehop! En la puerta estaban una de las Gatas Salvajes y Pepe Verde. Me pregunto si era el mismo Pepe Verde que después formó parte de Los Protones y que me encontré años después en el Felipop Gallego en donde tuve la suerte de ver a PF Sloan??? No lo sé. Insisto: Era domingo, estaba de resaca, en pijama, con pantuflas, aún no era persona porque no había tomado café... Pero a pesar de todo eso, les abrí la puerta y pasaron a mi cuarto. La base de operaciones del Ecos de Sociedad en máximo apogeo de domingo colgoso. Un editor de modzines no tiene realmente una habitación propia; tiene una base de operaciones.

Y allí estábamos los tres: Pepe, la Gata -siento no recordar su nombre, pero era simpática y tenía una especie de cardado genial- y yo. Hablamos y hablamos, y les enseñé cosas del Ecos, y fue uno de esos momentos que recuerdas ya para siempre, porque estoy hablando de ello ahora.

Aún me pregunto el porqué de aquella visita... ¿Solo era que querían conocerme? Conocer a un Mod de verdad? Y se encontraron con un dominguero más?

Sirva este capítulo de En El Sol para recordar a aquellas chicas que se denominaban inocentemente Las Gatas Salvajes, remedando a las T-Birds y para dejar en claro el derecho de un Mod a relajarse tranquilamente en su casa con su batín de solapas de seda y su cinto de flecos, su café recién hecho y su periódico y oyendo esa música que nos hace diferentes a los demás...

No he vuelto a saber ni de Las Gatas ni de Pepe Verde, que creo que sigue en los Madriles -y eso que yo siempre he dicho que Madrid Me Mata-, pero son de esos personajes que no se olvidan, y menos ahora que se organizan fiestas de confraternización de Mods y Rockers y se tiende a olvidar Brigthon, que es lo que deberíamos de haber hecho desde un principio -mi traje nuevo por los suelos?? Jamás!!-, si es que aquello fue un principio más que un final.

Tal vez hemos evolucionado y el movimiento se ha estancado, pero tal vez, nosotros seguimos siendo los mismos y es el movimiento el que se ha ido mutando, cambiando, evolucionando... En cualquiera de los casos, los Domingos son sagrados en el Centro de Operaciones del Ecos de Sociedad!!