viernes, 7 de agosto de 2015

Capítulo 32 (Boxeo de vinilos)

Este texto empezó realmente hace décadas, un día de Agosto de 1977 en un avión que se dirigía hacia Nueva York...

Las horas de vuelo se hacían llevaderas con la película de aquel año, pero no era aquel un viaje de placer, era un golpe bajo, una especie de K.O. que solo el paso del tiempo iba a apartar a una esquina de la mente. Primer Asalto. El Boxeador, cómo no. Vinilos y Ganchos de izquierda.

Aquel coro estúpido está grabado en mi mente de forma indeleble... y ya sabes que del amor al odio hay un solo paso.

Así que yo seguiré luchando para que los recuerdos no mueran.

El Pugilismo visto como un solo de saxo tenor cuando ni los solos estaban inventados, pero ahí estaban los escritores bebiéndose el par de esas preciosas botellas de ese elixir rojo, antes de subirse a las cuatro cuerdas que parecen ser más.

Décadas después llegaría como una especie de huracán que acabaría mal y la leyenda negra se haría mitolóogica...

Los combates del año duran lo mismo que las sinfonías de tres minutos: Un suspiro, casi el aleteo de una mariposa o el movimiento de una pantera negra orgullosa de serlo.

Nombres ya leyenda; Sugar Ray, el favorito Marvin Hagler y aquella pelea robada, Jerry Cooney, Sonny y su izquierda, Mano de Piedra y todos los brutos... Joe Louis y Gene Tonney: Duros golpes y dinero fácil. Dinero que todo lo compra... Hay toallas que no son blancas.

Algunos románticos siguen escuchando vinilos, algunos románticos siguen viendo combates de boxeo y contándose historias. Ya nadie se acuerda de aquellas ochentaitrés victorias seguidas... Pero todos nos acordamos del cáncer de la cantante. Así es la historia.

Todos hemos visto un gimnasio en Brooklyn y escuchábamos el "That's My Desire" de Frankie Lane... Pero ¿Y el Puma de Baracoa? Sí, el Pequeño Cassius Clay hablaba y hablaba. Pepe Legra siguió hablando después.

En la lona, todos los boxeadores son cósmicos... y si no, que se lo digan a cualquier perdedor. Luces y estrellas, hijo.

A pesar de esto, todos subiríamos al Ring en uno de esos momentos. El Combate Del Siglo cada día.

Siempre la guardia alta, y si es de orejeras, pues mejor! El Noble Arte prostituido, como siempre. ¡Ali, Bumaye!

Aquel 22 de Junio de 1930 se volvía a repetir una y otra vez. El tópico del perdedor, no hay gloria ni heroes. Darle vueltas a la cabeza, viendo la pelea toda la noche y Dios en una esquina del cuadrilátero. Siempre te quedará volver... y ganar el combate: The Comeback.

Ten por seguro que Howard Cosell habló con respeto tanto de los que besaron la lona como de aquellos que triunfaron, se lleva en los genes.

El Boxeo está presente en mi infancia de la misma manera que aquellos E.P's de los Beatles traidos por marineros ex-boxeadores en los pesqueros del Mar del Norte, donde están los mejores, como aquella banda sonora de Bill Conti que nunca puede sonar en casa porque recuerda a aquel triste viaje a Nueva York... El Blues y el Boxeo unidos por las notas de la vieja Blues Harp del abuelo... Son los Boxing Blues.

John Graham Chambers fue el que escribió las reglas pero un marqués se llevó la fama, menos mal que un Caballero engrandeció esta especie de esgrima... Papá no pudo estar equivocado: Me dejó vinilos y memorias pugilísticas.

LA VIEJA OLA; dedicado a casi todos los que perdieron...