martes, 4 de agosto de 2015

El día que nació Phil Ochs

Como los más grandes de sus coetáneos (Bob Dylan, Tim Buckley), Ochs fue un personaje contradictorio, apasionante y apasionado, atormentado y feliz, único en el fondo. Intérprete y compositor enraizado en la tradición más genuina de la canción de denuncia satírica, supo desprenderse de servidumbres y estereotipos cuando su propia evolución personal se lo dictó, y apostó por una música comprometida, absolutamente personal, tan alejada de de la autocomplacencia estéril de los izquierdistas de salón como de la intrascendencia de casi todo el Pop de su época.
Nacido en El Paso, Texas, el 19 de Diciembre de 1940, lo que ya dice mucho de su forma de ser, compaginó en su primera juventud la afición por el blues más primitivo con los estudios militares en la Academia Militar de Staunton en Virginia.
Trasladado a Ohio, estudió periodismo y empezó a cantar acompañado unicamente de su guilarra en pequeños locales. Allí conoció y entró en contacto con la llamada Nueva Izquierda (The New Left), que tenía en Woody Guthrie y Pete Seeger a sus principales trovadores. Fue entonces cuando le empezaron a llamar "El Periodista".
A principios de los 60, también trabó amistad con otro joven cantautor procedente de Duluth, Minnesotta, e instalado como él en la Gran Manzana, New York. Pronto se haría famoso con el nombre artístico de Bob Dylan.
En 1964, Phil Ochs debuta en Elektra con el álbum titulado All the news that's fit tosing, que ya lo confirmó como una de las grandes figuras del Folk concienciado norteamericano. A este siguieron los elepés I ain't marching anymore (1965), y el In Concert (1966), con una toma soberbia de su canción There but for fortune, uno de sus grandes temas y obra maestra completa.
Siempre yendo a contracorriente, los discos de Elektra son secos y sobrios, sin apenas arreglos orquestales cuando todo el mundo lo hacía. Eso llegaría más tarde. Pleasure of the harbour (1967), Tape from California (1968), su obra maestra Rehearsals for retirement (1969) fueron los discos que fue intercalando entre viajes y conciertos, subidas y bajadas, buenas y malas noticias que le brindó la vida y la sociedad de la época.
En 1970 rompió formalmente con su pasado mientras empezaba una nueva década, publicó un disco irreverente y semidescreido; el Greatest Hits de Phil Ochs, poco apreciado por sus seguidores más ortodoxos pero que merece una escucha. Por supuesto, no se trata de ninguna colección de grandes éxitos. Ninguna de sus canciones entró jamás en las listas de ventas.
Fue su último álbum oficial, un vinilo crepuscular y romántico (en el sentido más desesperado de la palabra) que pretendió clausurar la era de la canción protesta, más desde la ironía y la sonrisa cómplice que desde la burla y el sarcasmo como muchos quisieron ver por la foto de la portada. Un Ochs convertido en una especie de clon de Elvis Presley. También por el lema que acompañaba esta grabación: '50 Phil Ochs Fans can't be wrong' (50 fans de Phil Ochs no se pueden equivocar!!!) y por el tono hillbilly/white trash que acompaña la mayoría de las canciones.
El disco, producido por el genial Van Dyke Parks y a caballo entre dos de sus trabajos esenciales, brilla como una espléndida rareza de su discografía. Cuando todo e1 mundo esperaba de él que hiciera algo comprometido, simplemente se divirtió. Pasmosas descargas de country eléctrico (Basket in the Pool, One way ticket home, Gas Station Woman) a lo Gram Parsons. Baladas sinuosas y campestres (Jim Dean of lndiana, Boy in Ohio) a lo Neil Young. También algo de sus lúcidas y amargas reflexiones políticas (No more songs, Ten cent a Coup, grabada en directo) a lo Woody Guthrie) y sus tristes melodías de barroque pop (Bach, Beethoven, Mozart and me) a lo Brian Wilson en el famoso Smile.
El Phil Ochs Greatest Hits es uno de esos discos históricos, tan difícil de encontrar ecos en los discos de hoy en día, que se ha convertido en una joya con el paso del tiempo.
Después de esta especie de rareza, Ochs confirmó su nueva etapa con un disco en directo impresionante; Gunfight at Carnegie Hall, con los famosos medleys de Elvis, Buddy Holly y tomas de sus canciones que ponen los pelos de punta.


En 1971, Phil Ochs compartió escenario con John Lennon y Yoko Ono en un festival a beneficio del activista John Sinclair. Desilusionado, al poco se marchó de los Estados Unidos, instalándose en Londres, donde trabajó para el semanario Time Out.
De viaje por Africa en 1973, sufrió un extraño ataque con un intento de estrangulamiento por un fan enrabietado por sus letras, y sus cuerdas vocales quedaron seriamente dañadas. Nada le asustó y regresó a su país para continuar con sus actividades de agitación política contra Nixon, contra Pinochet y cualquier dictadura. La realidad personal era otra. Había perdido la batalla contra el alcohol y se le diagnosticó una especie de esquizofrenia.
El 9 de Abril de 1976 fue encontrado ahorcado en el garaje del domicilio de su hermana, en Far Rockaway, cerca de la playa y esta trágica muerte certificó el fin de las ilusiones de cambio que tenían los hijos de la década pasada. Para muchos ese fue el día que nació el mito.
El día que nació Phil Ochs. Ahí nos quedan sus letras y sus músicas.
"Anoche soñé que vi a Phil Ochs" Billy Bragg.
Dedicado a Isa Asís, mi hermana del alma.
La Bella Isla, verano del 2004